Y puede que la tuya también.
Ayer tomé una de las decisiones más importantes de mi vida.
Y aunque la frase suene grande, pesada, y cargada de dramatismo… no exagero.
Tomé la decisión de dejar uno de mis trabajos.
Un trabajo que me daba seguridad, estabilidad, una rutina.
Algo a lo que podía agarrarme.
Y lo dejé no porque me faltara algo, sino porque me sobraban ganas.
Porque en algún momento, en mitad del ruido del día a día, me escuché de verdad.
Escuché que mi pasión no estaba en cumplir horarios, ni en hacer tareas repetidas, ni en esperar a que llegue el viernes.
Mi pasión está (y siempre ha estado), en crear, compartir, enseñar, analizar, y comunicar.
En levantarme y sentir que tengo algo que decirle al mundo.
Que mi trabajo puede ser útil, puede cambiar realidades, y puede despertar conciencias.
Tengo 23 años.
Y me niego a que mis mejores años se vayan sin intentar ser la mejor versión de mí mismo.
Así que sí. Ayer lo decidí.
Las manos me temblaban.
Sentí el vértigo de quien se asoma a un abismo sin saber qué hay abajo.
Porque no hay garantías. No hay mapas que seguir.
No hay nadie que te asegure que va a salir bien.
Pero, si algo he aprendido en todos estos años…
Es que esperar a estar listos es la forma más elegante de quedarse quietos.
Y yo no nací para quedarme con las ganas de intentarlo.
Cuando empecé a crear contenido sobre educación financiera, no lo hice porque fuera lo que se “debía” hacer.
Lo hice porque me quemaba por dentro la necesidad de contar, de explicar, de traducir un mundo complejo a algo útil y accesible.
Porque veía a demasiadas personas ahogándose en deudas, en ignorancia financiera, en miedo, en frustración; y sentía que yo podía, aunque sea un poco, ayudar a cambiar eso.
Entonces, algo mágico ocurrió: funcionó.
Poco a poco, llegaron los primeros comentarios, las primeras preguntas, los agradecimientos, los mensajes que decían “me abriste los ojos” o “tu trabajo me ayuda mucho”.
Y ahí supe que estaba en el lugar correcto.
Pero el tiempo, como siempre, empezó a ser un tirano.
Los trabajos, las responsabilidades, la vida misma… empezó a quitarme horas, energía, y enfoque.
Hasta que un día me di cuenta de que estaba dividiendo mi alma entre lo que tenía que hacer y lo que quería hacer.
Y ayer, simplemente, ya no pude seguir ignorando mi verdad.
No te voy a mentir: tengo miedo.
Tengo miedo al fracaso, a la incertidumbre, a perder la estabilidad, a no estar a la altura de mis propias expectativas.
Pero también tengo algo más fuerte que el miedo: las ganas.
Y una frase que me acompaña desde hace tiempo es:
"Si tienes miedo de hacerlo, hazlo con miedo, pero hazlo."
Porque los sueños no se logran esperando a que desaparezca el miedo.
Se logran a pesar de él, saliendo de la zona de confort.
Hoy escribo esto no como quien ya lo ha logrado todo, sino como quien se lanza con los puños apretados, el corazón abierto, y la mirada puesta en el horizonte.
Porque si me voy a arriesgar, que sea por lo que me apasiona.
Si voy a caer, que sea corriendo hacia algo que amo.
Y si algún día me voy de este mundo, quiero hacerlo sabiendo que lo di todo por mis sueños.
Esto no es un adiós.
Esto es un comienzo.
Este salto que estoy dando significa algo muy concreto para ti, que estás leyendo esto:
Más contenido. Más análisis. Más profundidad. Más FINANZAS.
Vídeos en YouTube más cuidados, con más investigación, más valor.
Artículos en Substack con análisis profundos sin nada que se nos escape.
Y sobre todo, una comunidad que crece cada día con una misión clara: transformar la educación financiera desde dentro.
Y si has llegado hasta aquí, te quiero hacer una invitación especial…
Únete al Círculo Alpha.
Es la versión más comprometida y valiente de este proyecto.
Ahí vas a encontrar análisis premium de empresas, herramientas de inversión, contenidos exclusivos, mis operaciones, un podcast semanal…
Y sobre todo, una comunidad que vibra con lo mismo que tú: ganas de aprender, de crecer, de tomar el control.
Si alguna vez sentiste que el sistema no te enseñó a manejar tu dinero…
Si alguna vez soñaste con invertir, con entender tus finanzas, con conocer el lenguaje del dinero…
El Círculo Alpha es para ti.
Porque este nuevo capítulo no quiero vivirlo solo.
Quiero vivirlo con personas que también estén dispuestas a dar el salto.
A enfrentarse al miedo.
A invertir en sí mismas.
Y si estás leyendo esto… algo me dice que tú eres una de esas personas.
Te espero dentro.
Si decides dar el paso, bienvenido.
Se despide un servidor.
Juan.
Muy bien Juan, hace ya demasiados años yo tambien dejé un buen trabajo porque decidí que el buen trabajo que creo que desempeñaba lo quería monetizar en mi como principal interesado, así que recien casado y con la primera hipoteca ya en el cuello construí mi primera empresa, y nunca me he arrepentido de ello, pese a los 2007/2008 que fueron años muy duros con caidas de ingresos muy importantes, pero la voz callada que siempre acompaña a uno es la que de verdad dicta tu buen destino. Duerme tranquilo, has hecho lo correcto.
Grande Juan. Mientras lo leía no he podido evitar verte reflejado en las icónicas letras de Born to run y Thunder Road the Bruce Springsteen. No des un paso atrás ni para coger carrerilla. Te va a ir fenomenal.